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A contracorriente

Es un hecho probado que la mayoría de blogs cuelgan el carte de "cerrado por vacaciones" en agosto. Las blogueras necesitan su tiempo para generar nuevas ideas, inspirarse, hacer millones de fotos, tomar el sol.... No va a ser mi caso.

Desde que volví a ser una "mujer de provecho", de las que llevan un sueldo fijo a casa todos los meses, tengo un poco abandonado este tan querido blog. Me resisto como gato panza arriba a dejarlo, y es por eso por lo que aquí, en agosto se publica.
Vespa rosa
Capazos de playa
Es bien cierto que cada vez resulta más complicado sacar momentos para escribir, encontrar buenos temas que os interesen, hacer fotos bonitas y todas esas cosas que antes me salían sin pensar. No dejo de darle vueltas, y pienso que al igual que ha cambiado mi vida, también ha de evolucionar el blog. Ahora me apetece más escribir por escribir que contar cosas sobre moda y tendencias.
Chaqueta étnica bordada de Zara Trafaluc
Quizás así pierda parte de mi público, pero este hijo mío que es el blog ha de ir evolucionando y creciendo, porque dejarlo morir hoy por hoy no es una opción. Mientras me siga haciendo sentir bien, seguiré publicando, eso sí, con la frecuencia que la vida real me permita.
Colgador de ikea
Tenía pensados un montón de temas fresquitos y veraniegos, propuestas de viajes por rutas poco conocidas, incluso contaros lo que esconde mi maleta este verano...pero la cosa se va a quedar en esta especie de confesión extracorpórea que esta siendo la entrada de hoy.
Esta semana me quedo de vacaciones con los niños mientras su padre trabaja, y tengo un montón de proyectos para los tan sólo siete días que nos esperan por delante. Disfraces, piscina, libros, paseos...A ver si soy capaz de llegar a todo sin estresarme, disfrutando el tiempo con ellos minuto a minuto, ahora que está tan caro, casi a precio de oro.
Toros en Bilbao 2015
Aste nagusia donostiarra
¿A vosotras no os pasa que queréis hacer demasiadas cosas con vuestros hijos en vacaciones o los fines de semana, y que luego no llegáis y os desinfláis un poco, con una pequeña sensación de fracaso en el cuerpo?
Yo pienso que son las reminiscencias del síndrome súper woman que siempre está por ahí acechandonos. ¿Por qué a los padres no les ocurre esto? ¿Por qué ellos no se "jaman el tarro" como nosotras en estos asuntos de la crianza? Qué alguien me lo explique, por favor. Aunque reconozco que últimamente me exijo menos como madre; sólo aspiro a estar ahí y no llegar demasiado cansada para disfrutar, jugar y seguirles el ritmo.
Bueno, amores, hasta la próxima, que espero sea más pronto que tarde.
(Pinchando en cada foto encontrarás información sobre cada imagen, el lugar en que fue tomada, la historia que os quiere contar..., todas ellas son originales, sacadas con mi iPhone, eso si, y aunque no sean de una calidad perfecta si quieres usar alguna, por favor pídeme permiso).

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